DE NUEVO: EL CIRCO ANTE USTEDES...
Llegó el 1 de noviembre y subió el telón. La rumorología de las novedades, los cambios de equipo, los nuevos compañeros, los regresos, los años sabáticos se hicieron carne y pasaron a integrar el universo mental de la temporada 2009-2010. Entrenamientos donde la constancia es una de las pocas claves universalmente aceptadas, ganas por doquier y una mentalidad a prueba de balas para enfrentarse a aquello que dicen es la esencia del atletismo: el campo a través.
Hemos visto las dantescas imágenes que nos regaló el adelantado Cross de la Montaña en Sabiñánigo. No abundan las pruebas de esa tipología por nuestra región y, en lo que se refiere al calendario aragonés, la competición, salvo pruebas de menor rango, no retomará su curso hasta el primer fin de semana de Diciembre. De esta manera, cada uno planifica la temporada invernal priorizando unos determinados objetivos y afilando más o menos secretamente sus armas para dar el golpe en la fecha señalada en color rojo.
El club verderol, ahora reconvertido al sacro blanco, tiene en el cross su mayor bandera, entendido aquel en el plano colectivo. Dos subcampeonatos el año pasado por equipos conforman esa gratificante sensación que, día a día, tarde a tarde, se construye con esfuerzo en el parque Grande o en los Pinares de Venecia. Los corazones que allí podemos encontrar nuestro particular nirvana en ese recoveco de la jungla de los minutos se presentan otro año más en la línea de salida. El equipo masculino, trigésimo primero en el campeonato de España de Cross Corto 2009, gana enteros: Alberto Sábado, mediofondista puntero a nivel nacional, y Álvaro Lombardo, promesa buscando una realidad, reciben la ayuda de Hicham Lamalem, joya magrebí donde las allá, afincado en nuestra tierra ya hace muchos años, y Agustín Moreno, turolense y zufariense casi a partes iguales que cambia de embarcación para continuar una aventura que cada vez coge más altura. A ellos les unimos al indómito Jero Cuervo, al triatleta internacional Víctor Lobo, al clásico Juan Carlos Graus, al inquebrantable Julio Ruiz, al ascendente Juan Pablo Rey, al alma mater David Galán, al formidable Javier Ester y al resto de hombres que no nombres que forman esta gran familia, en la cual José Ramón Suárez tiene un papel cabecero, hoy y siempre, corra con la camiseta que corra.
En la versión femenina, la triada capitolina enmarcada en Mamen Peña, Carolina Mendoza y María Llorens, destacadas igualmente en la última edición del Campeonato de España por equipos en Cáceres, conduce el bloque femenino de fondo mas poderoso que hay en Aragón. Olga Rabadán pone la puntilla al proyecto y no faltan tampoco a la cita Amaya Monge, María Vicente, las hermanas Navarro o Amaya Fernández. Es un auténtico lujo disponer de esta cohorte de atletas que no suelen perderse carrera alguna y conforman un ambiente envidiable, un lecho de solidaridad deportiva. No nos olvidamos de especialistas en pista: El eterno taustano Jesús Laínez, los gemelos Marco Estruc, ochocentistas de postín, Pablo Ballarín y Teodoro Ferrer, camaradas de la vuelta a la pista, nuestro futuro cercano como es Guillermo Sánchez o la juventud que tira a dar, cada vez con mas fuerza, con Andrea Rodríguez o Alberto Alcalá como símbolos de los frutos de la escuela y el trabajo comprometido.
Por último, el vivero, llamado a darnos muchas satisfacciones. Ya debutaron Javier Rodríguez, que igual le da la Carrera del Parchis que un 60 m.l. ya que su fuerza, por no caer en el castellano puro, le impulsa en cualquier distancia, y ese mini Usain bolt que tenemos y que responde al nombre de Kevin Eyedo. Junto con ellos, Julio Gimeno o Yiye López ponen un poco de dulce acento en ese horizonte a veces tan inflexible. No acabaré estas líneas sin acordarme de todos aquellos que sujetan y hacen posible que las ganas de los que corremos se conviertan en sudor: Entrenadores pero sobre todo padres, sin el cariño y el compromiso de los cuales, nada de esto podría dar un paso adelante.
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